Con el objetivo de crear conciencia sobre la responsabilidad colectiva de promover armonía con la naturaleza y el planeta, la Organización de Nacionales Unidas (ONU) celebra el próximo 22 de abril, el Día de la Tierra.
El organismo estableció esta fecha buscando promover iniciativas que tiendan a alcanzar el equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y medioambientales de las generaciones presentes y futuras. En esta línea, Faber-Castell, compañía alemana que este año cumple 256 años, ha implementado una serie de políticas sustentables, con un fuerte compromiso con la responsabilidad medioambiental y que comenzaron en los años 80, de la mano de Anton Wolfgang von Faber-Castell, pionero en plasmar su visión de una empresa sustentable a la realidad.
Hace más de 30 años, Faber Castell inició un proyecto forestal para producir madera de forma ecológicamente amistosa. Hoy la compañía cuenta con 12 mil hectáreas de bosques propios en Brasil y Colombia, una cifra que equivale a 17 mil canchas de fútbol. Las mismas, son utilizadas para producir 2.000 millones de lápices de madera al año, lo que hace que la compañía se destaque como la mayor productora del mundo.
Estos bosques son la base de la línea de Ecolápices, que se degradan en sólo 13 años. Están fabricados con madera 100% reforestada y certificados por la FSC (Forest Stewardship Council o Consejo de Manejo Forestal), entidad que garantiza que el proceso de fabricación de los lápices es ambientalmente apropiado, socialmente benéfico y económicamente viable.
Según un estudio científico realizado por TÜV Rheinland (Pruebas y Laboratorio de Investigación de Renania), la compañía tiene una huella ecológica verde debido a que los propios bosques de Faber-Castell absorben tres veces la cantidad de dióxido de carbono que las 14 plantas de producción de la compañía producen.
Entre los reconocimientos y certificaciones que Faber-Castell ha obtenido por su compromiso con el Medio Ambiente destaca el entregado en 2012 por la ONU. La organización certificó el programa de “Mecanismo de Desarrollo Limpio” (MDL) para desarrollos compatibles con el medio ambiente. Debido a esta certificación, Faber-Castell es la primera empresa privada en el mundo autorizada para vender certificados de emisión de los bosques, según lo previsto por el protocolo de Kioto para reducir las emisiones de dióxido de carbono.
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